A nueve meses de la elección presidencial nada está escrito. Obama no puede dar por sentado que tiene el voto hispano y los republicanos ni siquiera saben quién será el candidato que conseguirá la nominación del partido en la Convención Nacional del 27 de agosto en Tampa, Florida.
“Ambos partidos tendrán que luchar para ganarse la confianza, el respeto y el respaldo del voto latino”, indicó Katherine Vargas, Directora de Comunicaciones del National Immigration Forum (Foro Nacional de Inmigración -NIF-). “Los votantes latinos juzgarán a cada partido y a cada candidato de acuerdo con su habilidad o no de responder a los intereses de la comunidad hispana. Obviamente, al igual que el resto de los electores, a los votantes latinos les importa la economía, el acceso a servicios de salud y a una buena educación, pero el tema migratorio es un asunto muy personal y sirve para distinguir qué candidato respeta a su familia y a su comunidad”.
Vargas agregó que la falta de soluciones a nivel federal “han causado que muchos estados tomen el tema migratorio por sus propias manos y las consecuencias han sido devastadoras para la comunidad inmigrante. Lamentablemente, en tiempos de crisis económica se suele echarle la culpa al extranjero y al más vulnerable, y eso es lo que hemos estado viendo en los últimos años con el auge de medidas antiinmigrantes a nivel estatal. Por eso es tan importante que los hispanos salgan a votar en grandes números durante las próximas elecciones, para responsabilizar a los políticos por sus acciones y por sus propuestas en contra de la comunidad inmigrante”.
Y en ello no escapa el incumplimiento de la promesa de Obama de empujar una reforma migratoria comprensiva en el primer año de su mandato. Y tampoco es válido el ciento por ciento del argumento de que el objetivo no se cumplió porque los republicanos se negaron a respaldar la legalización de los 11 millones de inmigrantes indocumentados.
“Los votantes hispanos van a juzgar al Presidente sobre sus acciones y avances en el tema migratorio. Por un lado, ésta administración ha deportado a más inmigrantes que la administración del Presidente Bush y eso ha causado mucha decepción en la comunidad inmigrante que esperaba una mejor política migratoria. Pero tampoco podemos olvidar el contexto político de los últimos cuatro años, la histórica recesión económica y el debate de la reforma de salud que le quitó oxígeno y ganas al Congreso para avanzar el espinoso tema migratorio”, señaló Vargas.