Expertos recomiendan que si tiene dudas sobre la certeza de la persona que mira su expediente migratorio, acuda a un grupo de ayuda a hispanos y pida asistencia.
Servicio de inmigración fortalece programa para detectar fraude:
Los malos consejos entregados por asesores migratorios sin licencia para ejercer serán sancionados en el curso de 2011. Así lo dijo el director de inmigración, quien advirtió que los notarios no están autorizados para brindar consejo en materia migratoria.
“Me refiero al fraude en el sentido legal, cuando se presentan datos con la intención de engañar al organismo, no es un error en la solicitud”, explicó el Director de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración, Mayorkas.
Agregó que la agencia puso en marcha un plan para combatir este tipo de actividad y que el objetivo no sólo es educar a la comunidad inmigrante para que identifique el problema, sino también fortalecer el servicio legal legítimo y dar a las autoridades más herramientas legales para combatirlo, se acuerdo con un informe de The Associated Press.
“Espero persuadir a las fiscalías de que hay un efecto disuasivo importante al procesar crímenes de fraude migratorio aún si no cumplen requisitos mínimos para abrir juicio”, agregó Mayorkas. “Es importante enviar un mensaje contundente de que si envías información fraudulenta a este despacho habrá consecuencias”.
Un ejemplo como tantos:
Un caso judicial bastó para encender todas las alarmas en 2009 cuando un juez dictaminó que 37 familias inmigrantes a las que se habían prometido que lograrían su residencia en Estados Unidos deberán ser compensadas económicamente por la persona que las estafó. Y a partir de entonces activistas en todo el país redoblan los esfuerzos para evitar situaciones similares.
De acuerdo con datos proporcionados por el fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, la Corte Suprema de ese estado falló en contra de Miriam Mercedes Hernández, del condado de Queens, que estafó a las familias en cientos de miles de dólares a cambio de ayudarlos con su estatus legal alegando que tenía contactos en el Gobierno, lo que nunca cumplió.
Hernández cobraba a los individuos por sus servicios hasta $7,500 como tarifa inicial y hasta $15,000 por persona y de acuerdo con la orden del Supremo, deberá restituir todo el dinero a las familias que probaron que fueron estafadas.
Cuando las víctimas exigían su dinero, Hernández los amenazaba y se rehusaba a devolverles lo que le habían pagado o sus documentos, señaló la fiscalía en comunicado de prensa.
Consejos de expertos:
Abogados y activistas consultados advirtieron que casos como los investigados y juzgados en Nueva York se repiten en estados con alta concentración de inmigrantes hispanos, e hicieron una serie de recomendaciones para evitar daños irreparables tales como la deportación de Estados Unidos.
Tras el fracaso de los debates migratorios en el Congreso y la ola antiinmigrante que cubre más de 30 estados, proliferan intentos de estafa a extranjeros sin papeles que viven escondidos y con miedo a ser arrestados y expulsados del país, quienes ven en las ofertas una manera de quedarse y hacer realidad el suelo americano. Pero en el fondo están pagando por una pesadilla.
Antonio López, directivo del Centro Latino de Boston, Massachussets, recomendó que antes de pagar por un trámite “verifique si la persona o negocio está autorizado para asesorar en temas de inmigración”.
Y el abogado José Pertierra explicó que si tiene dudas sobre la certeza de la persona que mira su expediente migratorio, “acuda a un grupo de ayuda a hispanos y pida asistencia”.
Lluvia de ofertas:
En Miami, Houston, Los Angeles, San Francisco, Chicago, Nueva York, Phoenix -y otras ciudades estadounidenses con alta concentración de hispanos- proliferan negocios que garantizan una Tarjeta Verde, pero no todo lo que dicen es cierto.
“Yo pague $1,600 por un permiso de trabajo”, explicó Francisco. “El tramitador hizo la gestión en una computadora. Muchos otros también pagaron, pero al final nos quedamos con las manos y los bolsillos vacíos”.
Francisco pidió ocultar el nombre debido a su condición de indocumentado. Llegó a Estados Unidos procedente de Guatemala, en 1994, solicitó asilo y le fue negado por falta de pruebas. “Vivo con mi esposa y tenemos dos hijos americanos”, dijo. “Vine en busca del sueño americano”.
Parecía bueno:
El inmigrante centroamericano explicó que en la empresa donde trabaja un primo “llegaron unos tipos a pedir empleo. Hicieron amistad y le mostraron documentos del Seguro Social, permisos de empleo y unas tarjetas de residencia. Todo se veía auténtico”.
En menos de una semana Francisco y su primo se presentaron en la oficina de un supuesto abogado, “quién dijo que podía arreglarnos la situación. Cuando le pagamos encendió la computadora e ingresó nuestros datos directamente en el sitio del servicio de inmigración”.
Decenas de otros trabajadores hicieron lo mismo. A los tres meses el tramitador cerró la oficina, canceló el teléfono, “y nosotros recibimos una carta en donde el gobierno nos dice que no tenemos derecho a un permiso de trabajo”, añadió.
Peligro adicional:
La USCIS ha recomendado que las personas estafadas “pueden reportar estos delitos a nuestros oficiales o a las fiscalías estatales”, pero abogados conocedores de la ley de inmigración advierten que “por nada en el mundo” un indocumentado puede acercarse a una oficina federal del servicio de inmigración, porque “puede ser detenido y puesto en proceso de deportación”.
El departamento (ministerio) de Justicia, en Washington DC, dijo que esa cartera no cuenta con programas para combatir el fraude a indocumentados.
En Nuevo México, funcionarios de la oficina de la Procuraduría de Justicia dijeron que en los últimos meses “aumentó” el número de quejas relacionadas con el fraude a indocumentados.
Indicó que notarios públicos prometen visas y permisos de trabajo, pero advirtió que “de acuerdo con la ley de Nuevo México ningún notario puede ofrecer ayuda o consejo legal referente a procesos migratorios”.
Infórmese antes de:
La Coalition for Humane Immigrant Rights of Los Angeles (CHIRLA), California, dijo que para evitar el fraude “la gente necesita informarse”.
“No es la primera vez que se venden permisos, licencias o residencias, y tampoco será la última”, agregó y recomendó a los inmigrantes que busquen una segunda opinión.
Pertierra señaló que el fraude puede evitarse si se toman ciertas precauciones, a saber:
* Antes de contratar a un consejero legal, asegúrese que sea un abogado de inmigración que cuenta con permiso del estado para ejercer la profesión.
* Recuerde que no es aconsejable que los notarios realicen trámites migratorios.
* No acepte cobros por trámites de amnistía. El Congreso no ha aprobado nada, ni amnistía ni residencias ni permisos temporales de trabajo ni nada.
* Si está indocumentado, no envíe al servicio de inmigración ningún Formulario I-765 para pedir un permiso de trabajo. No sólo le negarán el trámite, sino que lo pueden poner en proceso de deportación.
* En Estados Unidos hay grupos y organizaciones que brindan asistencia y ayuda legal a inmigrantes. Contáctese con ellos.
Las oficinas legales del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN) en Houston (Texas) y Los Angeles (California) recomendaron:
* Para asegurarse que la persona es abogado y cuenta con licencia para ejercer la profesión, pídale ver su nombre en alguno de los directorios de las asociaciones de abogados del estado o ciudad donde usted vive.
* Revise si la persona está registrada en la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (American Immigration Lawyers Association (AILA).
* AILA cuenta con un servicio de referencia de abogado. Usted puede llamar gratis, desde cualquier parte de Estados Unidos, al teléfono: 1-800-954-0254. También puede enviar un correo electrónico a la siguiente dirección: ilrs@aila.org. AILA le responderá y le enviará direcciones de abogados registrados cerca de donde usted vive.
No pague nada a nadie:
Tirso Moreno, un directivo de la Asociación de Trabajadores de Florida Central, subrayó que los indocumentados no tienen que pagar nada a nadie. “Primero deben informarse si tienen derecho a algún tipo de beneficio”.
“En estos tiempos no se prepare para llenar papeles; prepárese para que no lo estafen”, puntualizó.
Tras la advertencia, Francisco detalló los errores que él y su primo -y decenas de otros indocumentados- cometieron:
* Nunca le preguntamos al tramitador si era abogado.
* Dejamos que sólo él hablara. Lo hacía bien y nos convenció a todos.
* Le pagamos en efectivo y no le exigimos recibo.
* Le entregamos pasaportes y todos nuestros datos de identidad.
* Permitimos que esa información fuera enviada al servicio de inmigración. Ahora estamos fichados.
* Como no teníamos computadora en casa, no sabíamos que cualquiera puede entrar al sitio de internet del servicio de inmigración y llenar solicitudes.
* No hicimos caso a los consejos. Debimos informarnos y buscar una segunda opinión.
Francisco Estrada, un directivo de la Unión de Trabajadores Campesinos, en Calexico, California, dijo que la experiencia de Francisco “le sirve a miles de otros inmigrantes para que no cometan los mismos errores”.
“No hay que darle ningún dinero a nadie. No hay que adelantarle nada a nadie. Mientras no tengan seguros sus trámites, no deben deshacerse de su dinero. Cuesta mucho esfuerzo ganar dinero para que cualquier bribón se lo lleve. Debemos estar alertas, despiertos todo el tiempo, las 24 horas del día, hasta que el Congreso apruebe una ley y el Presidente la firme.