Una de las críticas que se hace de los inmigrantes indocumentados es que usan servicios, consumen recursos y quitan trabajos a los ciudadanos, pero un nuevo análisis del Centro de Política Migratoria (IPC) revela que, al menos en California, los inmigrantes no autorizados tanto como los inmigrantes en general, son parte crucial de la vitalidad económica.
Los indocumentados son, según estudios, el 9.7% de la fuerza laboral de California y pagan 2,700 millones anuales en impuestos estatales y locales. Los inmigrantes en general son 34.6% de la fuerza laboral estatal y pagan más de 30,000 millones en impuestos federales, 5,200 millones en impuestos estatales y 4,600 millones en impuestos sobre la venta.
California es, además, un estado de mayoría latina y asiática, buena parte de ella inmigrante. Esa proporción ha ido creciendo a lo largo de los años. La población latina era 25.8% en 1990 y ahora es 37.7% del estado. Los asiáticos pasaron del 9.2% en 1990 al 13.1% en 2010. Tanto latinos como asiáticos son grupos muy empresariales.
Los negocios propiedad de los empresarios de estos dos grupos étnicos -que incluyen muchas nacionalidades y razas- constituyen “más de una cuarta parte de todos los negocios de California”, según un sondeo de empresarios de la Oficina del Censo.
Otro aspecto de la inmigración que es muy cuestionado es el efecto que la llegada de nuevos inmigrantes legales o indocumentados tienen en los trabajadores ciudadanos. En realidad, no se trata de una equivalencia que pueda hacerse simplemente cambiando un inmigrante por un ciudadano.
Es decir que los inmigrantes cuando ocupan un trabajo, no necesariamente se lo quitan a un ciudadano ni conducen a una baja del salario de otros. Los estudios citados por IPC revelan que entre 1990 y 2004 la llegada de inmigrantes contribuyó a aumentar el salario promedio de los ciudadanos en un 4%.
“En gran medida lo que ocurre es que los trabajadores a menudo sirven como complemento a los ciudadanos ocupando trabajos diferentes, y no necesariamente son competencia directa y por lo mismo aumentan la productividad total”, señala IPC.
“Los ciudadanos a menudos se benefician ya que pueden dedicarse y especializarse en trabajos más productivos”. Los inmigrantes también producen trabajos, son consumidores y en algunos casos pagan más impuestos que los ciudadanos.
El reporte pone como ejemplo los impuestos para el fondo del seguro social. En California, “el promedio de la contribución al seguro social en los hogares encabezados por un inmigrante es de 2,679 dólares anuales, 539 dólares más que los hogares de personas nacidas aquí”.
Si los indocumentados fueran expulsados de California, el estado perdería más de 300,000 millones de dólares en actividad económica, el empleo disminuiría en 17.4% y se eliminarían 3.6 millones de empleos. Al contrario, si fueran legalizados, se crearía actividad económica que generaría 633,000 empleos adicionales e ingresos adicionales por impuestos por 5,300 millones de dólares