Por lo menos uno de cada cien agentes federales fronterizos estadunidenses es investigado por corrupción y en promedio uno de cada tres patrulleros renuncia antes de cumplir dos años de trabajo, de acuerdo con cifras oficiales.
Unos 127 agentes han sido arrestados bajo cargos de corrupción desde octubre de 2004 y el director nacional de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Alan Bersin, dijo que las acciones de unos cuantos han mancillado la imagen de miles de oficiales en los últimos siete años.
La radio pública en San Diego informó que para prevenir más casos de corrupción, la CBP ahora somete a aspirantes a investigaciones de antecedentes y pruebas con detector de mentiras.
El director Bersin reconoce sin embargo que un tercio de todos los sometidos a detector de mentiras como requisito para obtener empleo falla ese examen.
Un inspector de CBP veterano, Terry Nelson, opinó que tras los atentados terroristas de 2001, que Estados Unidos incrementó tecnología y medidas de seguridad fronteriza, aumentaron los índices de corrupción.
“Creo que nuestra gente de seguridad en la frontera ha sido infiltrada por los cárteles y eso comenzó hace 12 o 15 años, pero realmente ocurrió después de los ataques del 11 de septiembre de 2001”, dijo Nelson.
La investigación de la periodista Ruxandra Guidi dice que el 30 por ciento de los patrulleros reclutados abandona su trabajo antes de los 18 meses de desempeño. Muchos buscan trabajo en agencias “con mejor prestigio”, como la Oficina de Investigaciones Federales (FBI).
También el flujo migratorio se ha reducido. El número de indocumentados detenidos en la frontera en el último año fiscal es casi el 40 por ciento de los arrestados al tratar de cruzar la frontera en el 2006, según cifras oficiales.