El presidente Barack Obama dijo el jueves que quienes se oponen a permitir que millones de indocumentados consigan la ciudadanía no deben olvidar que Estados Unidos se inició como una nación de inmigrantes.
En un discurso durante el desayuno anual de oración hispana en Washington DC, Obama recordó también partes de la historia nacional, cuando las comunidades religiosas ayudaron a darle forma al país.
Obama habló de los episcopales en Boston -donde los primeros patriotas planearon la Revolución- y de las iglesias bautistas del sur, que detonaron el movimiento de los derechos civiles.
El presidente dijo que seguirá presionando en el tema de los inmigrantes sin papeles y que tratará de trabajar con el Congreso sobre el asunto.
Dijo una vez más que la construcción de un movimiento generalizado a favor de la legalización de los indocumentados es la única manera de conseguir una reforma integral del sistema de inmigración.