El pasado lunes, un congresista republicano indicó que si la reforma migratoria es aprobada justamente en el mes de agosto en la Cámara de Representantes, se termina el debate.
Se considera, que está muy cerca de cumplir con los ojetivos, pero el legislador Mario Díaz-Balart (republicano de Florida) indicó que si la Cámara no aprueba un proyecto antes de las conocidas vacaciones de verano, “el presidente tomará acción”.
El legislados mencionó que al ponerle una fecha exacta a la reforma e indicar que el presidente actuará si la Cámara de Representantes no lo hace, “es bastante presión” para que el liderazgo republicano tome cartas en el asunto y someta a voto todas las iniciativas de ley que en secreto escribe un grupo bipartidista.
En junio del 2013, antes de la aprobación del proyecto de ley S. 744 por parte del Senado, el cual incluye un camino a la ciudadanía para indocumentados que no tienen antecedentes criminales, el liderazgo republicano indicó que discutiría una versión propia y que lo haría por partes.
Luego, en nueve meses, el presidente del Congreso, John Boehner (Ohio), otorgó una lista de principios de la reforma migratoria pero una semana más tarde dio marcha atrás. Díaz-Balart insistió que existe un clima de desconfianza y agregó presión sobre el mandatario, sobre todo por el gran número de deportados durante su mandato (que sobrepasa los 2 millones).
El presidente pidió mayor compromiso en mayo y junio para lograr una reforma antes del receso del congreso en agosto. Se mencionó que existe apoyo de demócratas y republicanos, de sindicatos, empresarios y religiosos para lograr una reforma migratoria comprensiva.
La reforma migratoria es buena para la economía y lo debemos hacer por el país. No existe excusa alguna para que los representantes republicanos sigan retrasando la acción en este importante asunto bipartidista.
La Administración añadió que “Obama ha dicho que el trabajo del poder ejecutivo es establecer las leyes que aprueba el Congreso”, y que hasta ahora se han reducido los esfuerzos para ejecutar la ley de inmigración de forma más estratégica enfocada en criminales y en los jóvenes inmigrantes conocidos como dreamers”.
Está clarísimo que una solución permanente sólo puede lograrse en el Congreso con la aprobación de una reforma migratoria.